sábado, 1 de diciembre de 2012

Contigo todo deja de existir, jamás lo determiné, ni siquiera te esperé.
No puedo permitirlo
Mi mundo colgaba en un cielo que podría llamarse el séptimo
Y ¿qué hacer? Cada recuerdo, beso, cada vez que te miraba y mi vida te la entregaba sin esperar que tú me dieras la tuya...
Y quizás, era verdad y sin estar esperándolo, me estaba enamorando
De tu piel, de tu pelo, de tu sabor, de cada momento que me dabas...
El universo que dotaba tu caminar era el mundo que añoraba dar
Me demostraste que era capaz de amar con una mirada, con un toque de narices o un beso de labios...
La magia que mi cuerpo desprende al verte pasar no puede compararse con las veces que me he topado con amores fugaces que he creído querer
Tal vez he querido alguna vez, pero como a ti,  ninguna.
Y todo ha sido tan rápido, tan, qué ya te vas, ya me voy yo
Podrá dolerte, pero sé que en mis sentimientos, dolerá más
Pues nadie había llegado, se había presentado y me había tocado el corazón
Nadie jamás me había echo sentir desubicada, perdida, insegura y feliz
Nadie había sido capaz de decirme algo al oído  y hacerme suspirar
Pero te digo adiós, tú no eres para mí, y en el fondo, lo sé.
¿Volveré a amar?
Verte en las noches, soñar con un futuro, despertar y verte a mi lado
A mi lado en mi conciencia
Siendo real pero a la vez, fugaz
La culpa fue mía, no debí haberme abierto , no debí mostrar mi corazón
En forma de amor, de amor puro, el cual carece de exagerada importancia con todo el mundo que has podido recorrer, este minúsculo recuerdo, se vuelve grande y con mucho valor, te dice adiós.
Y yo también, ¿yo? Fuertemente te digo adiós.
Queriendo no mirar atrás, intentado mantener el equilibrio y sabiendo como volver al principio de la pérdida de una ilusión.
Entre el viento y la sombra, me olvidarás, y mientras yo te esté olvidando, esperaré algo inesperado, más a mi similitud, un asombro mayor.

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