La lluvia incesante del perplejo corazón, la infunde de impotencia.
Hace todo lo posible, aguarda, espera tu visita para comenzar
Un juego, su juego. Tú amas y ella sonríe, tú la enamoras y ella olvida otra sensación.
Y, mientras el dolor disfrazado de ilusión estorba, la realidad vaga se limita a observar
Sus manos frías, necesitan de tu calor.
Necesitan amor.
El invierno se ha vuelto eterno, llueve cada día contra la ventana de su pudor
Ya no hay villanos, ni héroes, ni siquiera un trovador que narre mediante el canto esta situación
No hay nadie, "alivio", dice.
Salvo que la soledad, se hospede una eternidad, pues, sino hasta el aburrimiento se cansa de esperar una emoción.
¿Dónde estás?
Te necesita.
A todos les llega el momento, y ella atrasada ante los demás, no se cansa de soñar.
De soñarte, de esperarte, de que aparezcas y le hagas creer que se puede amar otra vez...
Que todo está en uno mismo, en cuestión de que hay que seguir hacia delante si te rompen el corazón, sin dejar de creer.
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