jueves, 27 de octubre de 2011

Gota a gota, estoy aquí
Mis pies pisan charcos y mis ojos lloran lluvia.
A pesar de cualquier estación que ha pasado hasta acabar en el invierno, sigo estando aquí. Allí. En cualquier lugar.
Como un noble caballero venido de batallas, con grandes historias que contar, con una dama que ha de recoger, la vida me clavó un duro puñal que con su filo, curó mis heridas.
No hay nada que temer, pero he temido acabar en pensamientos sin cordura llenos de esperanza hacia la oscuridad.
He de suponer que, la guerra con la que he de pelear cada día, como todo ser humano con su propia espada, siempre habré de recorrer.
Las sonrisas que lloviznas, pueden secarse con sol...o brotar con facilidad.
Solo soy una persona más que cree ser única. Para sí.
Que para algunos soy totalmente pasado, para otras su presente y para mí un laberinto lleno de sorpresas.
Nunca digas jamás. Y di jamás cuando te encuentres el nunca.
No ames si te tratan como la típica princesa, porque cada demostración acaba en besos en otra nuca.
Se fuerte. Siempre. Ni más cuando tengas  debilidad ni añadir cuando estés en esplendor. Directamente, hay que serlo. Ley de vida o camino hacia la muerte.
En cada interior hay amores, sueños, deseos, ganas de vida, de vivirla.
Se encuentra la libertad.
Y para desenvolver este precio lleno de placer, has de saber bien.
Saber actuar y tener el ser lleno de pureza cubierta.
Como un regalo dar a quien cuida de tu alma.
Somos demasiado, pero creemos ser nada y ya esa palabra se queda pequeña a nuestra altura.
Lo peor es a la larga lo mejor y, dicho bien claro. Poseemos tanto poder, que se nos escapa lo importante de las manos.
Solo hay que buscar ser felizmente libre.
Y sabrás el por qué antes, no lo fuiste. Todo un lío que hay que descubrir.
Con una clara certeza, tú sin ti no eres nadie, y nadie será quien es sin ti.





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