jueves, 9 de agosto de 2012

Y, enciende el cigarro.
Tal vez no haya tenido un buen principio, quizás haya roto la continuación y no exista final
Pero sabe que la vida cuando se vive, significa coger riesgos, romperlos, sufrir por ellos y aspirar a otros
Si lo difícil fuese fácil, no nos enamoraríamos
En el instante donde ella es consciente, sabe que entre críticas que llueven un día cualquiera, tiene que caminar. Caminar, caminar...
Porque entre pasos, uno encuentra lo que busca, o lo que ni se pasa por la cabeza
Y es que una de las mayores bellezas del mundo y de las personas, es hacer las cosas por lo que sientes, aunque esté mal, aunque pueda el orgullo atragantarse y la inseguridad apoderarse
Si uno tiene un propósito, si uno quiere lanzarse a la piscina...
Húndete, como se hunde ella
Y, si falta aire, sólo hay que mirar hasta la superficie
No es nada fácil, pero tú tampoco
Apaga el cigarro. Le gusta, no el fumar, sino el reconocer que le falta por conocer, lo que su conciencia contiene en su sabiduría.
Porque todos en nuestra ignorancia, somos sabios.
Y entre nuestro saber, somos ignorantes

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