lunes, 19 de diciembre de 2011

Y las sábanas que me recuerdan aquel lecho lleno de calor, se prenden
Oigo tu voz de lejos, y mi mirada se fija en el  frente
Fuiste mi vida por un segundo, lo fuiste todo por un momento, eras el amor que ansiaba por un día, eras la sangre de mi cuerpo durante este tiempo.
Hasta que fallé, hasta que fallaste.
El telón se subió, las máscaras de sufrimiento nunca se esfumaron
Mantuve mi mano tendida cuando besabas otros labios que no preguntaban más que tu edad
Quise derrumbar miles de muros, derrotar los temores, hacerte mío.
Y te tuve, cuando tiré la lanza.
Cuando, me resistí a esa ruta, cuando, vi otro destino.
Uno oscuro que prometía luminosidad
Eres el frío de mis llantos, el cariño de mi ternura, eres el regalo que se devolvió.
Deseé retenerte, fui tras una huella que cambió de dirección
Por eso lloré, me perdí, y tan solo tu nombre me guió
Hasta que me vi.
Mi rostro cansado, abrumado, desencantado
He luchado con miles de encantos, miles de esfuerzos, pero tú, desapareces y vuelves.
Estás añorando sus manos, su beso, un compromiso que te aleje de esta dama que se convirtió en guerrera. En una novata que no sabía luchar, que se convirtió en un escudo queriendo ser espada.
No te miento, te amé. 
Te amé tanto, que dejé de amarme
Pero todo lo claro me coloreó
Supe que eras mis colores, pero no había papel
No hay boceto, el pintor sin inspiración se durmió.
No es un adiós, es tan solo un paso hacia otro cuento con miles de experiencias.
Donde un día, pueda mirar atrás y ver tu amplia sonrisa como el mejor capítulo.
El mejor que falleció lleno de vida. De una vida que, descansa en paz.
Las fuerzas se agarran de sí mismas, y el habla se acortó
Solo puedo observarte e, irme hacia la inmensidad blanca, donde tu negro sea despedido con mis labios. 
Dejando mi silueta como un gran recuerdo y mi persona, como un deseo de felicidad
Hacia ti, hacia mí.
Pronunciando hola al que vendrá.





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