jueves, 11 de abril de 2013

Irónica la vida.
Ayer tú por mí, hoy yo por ti
Qué irónico el amor
Suspirabas por un beso, suspiro por una mirada
Y si pudiera demostrarlo, te lo demostraría.
Tanto. ¡Tanto!.
Me daría igual el mundo, los demás, lo que opinen, lo que intenten opinar
Si tuviera tu amistad, sabrías todo lo que eres para mí.
Y, si tuviera tu amor, palabras mayores son.
Cada segundo, cada minuto, a cada instante duele tu ausencia
¿Que por qué ahora? Te preguntarás.
Tras tanto en el fondo de un pozo, hundido respirabas en este atormentado mar.
Donde no hay límites ni visibilidad de tierra firme.
Quizás naufragaste a otro puerto dejándome sola para siempre en las lagunas del letargo
Tal vez, otros amores machacaron el mío, lo empujaron y tropezó, quedándose atrás
Pero tú, ¡tú!, tú...
Dios, tú.
Fuiste mi vida, camuflada.
Eres la confusión que alumbra y apaga cada uno de mis días
Serás algo que ni sabemos los dos
O¿sí?
No me rechaces, por favor
No me alejes de tu corazón...
Yo vendaré cada herida, conduciré tus miedos a un río sin agua
Yo te enseñaré de lo que soy capaz
Después de tanto, sigo aquí.
Esperando algo que tarda en llegar, que no estará.
Y sentada esperando no te llego a ver
De que me sirve a mí, de qué.
Algo hay aquí, hay algo que me retiene
Algo me dice que no me vaya, que llegarás.
Que la mano me cogerás, que me escucharás.
Déjame demostrarte lo que esconde mi interior
Lo que te ha esperado mi alma
Haya pasado el tiempo que haya pasado, se puede querer a alguien en la distancia.
No lo pregunto, amigo lo sé.
Lo sé.
Esa es la peor conclusión a la que he llegado, o, ¿la mejor?
Tú, tú, ¡tú!...tanto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario