miércoles, 10 de abril de 2013

No se puede evitar esta situación, esta maldición
Callando tanto que decir, tropiezo con la misma piedra
La misma que en la actualidad, aumenta el tamaño y, la intensidad.
Ignoras de forma inocente aquello que sostengo con fuerza
Lo que el corazón parlotea, lo que el pasado predica, lo que el presente aclara
Y, la espera es lo que quizás, pueda ser el paño de mi consuelo
Sin remedio, arrojo la suciedad y los gérmenes del desamor, de la desilusión
Tú fuiste más que todo eso, más que cualquiera, y camino por ello sin dirección
Sin rumbo y con duda
¿Y si...? No...
Esperando voy, con resignación vengo
Mantengo los pies en el suelo de mala manera y te miro, te observo con un abismo de esperanza
Nadie se lo imagina, nadie.
Ni el qué ni el por qué, solo aquí dentro, donde se oye un palpitar, residen tantas respuestas
Tantas que, con miedo ni escucho
Me dirijo a algún lugar, a alguno sin saber si estarás tú.
Si después de todo, eras para mí
Tal vez esto es producto de la infantil imaginación, tal vez haya pasado a tu niñez
No sé, no lo sé, ni siquiera sé si quiero saberlo
Pero con fuerza, débilmente, temblándome las manos, camino hacia un acantilado
Sin esperar que me sujetes, mentalizándome del daño de la caída...o, esperando que lo hagas
Que saltes conmigo, que en medio del salto, entiendas.
Entiendas y llenos de heridas, empecemos de cero, curándolas, 
mirándonos y sabiendo que, nuestras almas estaban destinadas, 
y si ellas no lo ven, y si no lo vemos,
que el destino las obligue a reencontrarlas 
Aquí, en mí.
Allí, en ti.
Los dos unidos, tanto que decir,
nada sin predecir.

1 comentario:

  1. nada sin predecir me ha encantadooo tus palabras
    son tan hermosas amo tu blog :) saludos nena

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