martes, 19 de abril de 2011

Y entonces le miras.
Sabes de la inocencia de su mirada, conoces algo de esa sonrisa.
Completas una parte vacía que no sabe devolver.
Recapacitas y te dices que este es tu momento, que aunque no te gusta esto, quizás es por el comienzo de algo maravilloso.
Entiendes que lo lento se hace esperar,  que tu impaciencia la has de competir.
No razonarás sobre ello, solo vivirás del aire libre, de lo bueno y lo malo de las personas, de un cambio sobre ti.
Nadie cambiará cuando llegue la hora, todos se adelantaron o tú te atrasaste sea el motivo que sea.
Un gran principio será, cuando no sepas volver a ser lo de antes, cuando reconozcas el camino hacia lo desconocido, cuando esa incomodidad que te hace fuerte te domine. Cuando de verdad estés madurando siendo tú.
Con algún proceso nuevo, con alguna fortaleza que hace que tus creencias de defectos en ti, son más que encantos o respetos para las personas.

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