lunes, 25 de abril de 2011

Y vuela
Sopla el viento sureste, su pelo a la dirección contraria y sus brazos al destino.
Le esperan en casa viendo la televisión, le espera un ramo de flores en el portal y alguien a quien echar de menos en su habitación.
Pero, no va a volver.
Caen lamentos, ignorancias, todo a cabezas que habitan  el suelo.
Sus pies no tienen límites, descalzos con cosquillas debido a la presión.
Nubes entre los párpados.
Y todos aquellos recuerdos, y todas aquellas personas para bien o para mal, se pierden en la inmensidad del mundo.
La libertad es limitada
Limitada para quien no quiera verla de manera correcta.
Si te rompen las alas, no compres otras nuevas.
Haz como ella, vuelve a volar sabiendo que hasta un tiempo, no superarás las fronteras de los demás.
Y aun así, volverás a volar como nunca hiciste, como desconoces y de la manera más sorprendente.
De esa manera que te revuelve el estómago, te dan sentimientos renovados y caras mudas.
Allá, procura como ella, vivir a lo grande entre lo pequeño.
Entre lo especial de lo indiferente 
Entre el amor que no has descubierto hasta ese entonces.
Entre, ese lugar al que no querías ir y al que ahora no soltarías por la felicidad natural de tu sonrisa.

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