sábado, 28 de enero de 2012

Y qué será de mí cuando las lluvias de pánico arrasen el cause, la vida.
Como inexperta en el saber y sabedora de la experiencia, entre las tinieblas de una luz blanca llamada esperanza sumerjo la cabeza sin esperar las réplicas.
Pues, no hay mayor valor que el que entre silencio grita a voces, que el que jura tener muchos quereres y entre esperas, ama.
Las fuerzas se rescatan del alma rota,  así que, mientras un crujido incómodo destroza al cristal de tu rostro, asimila que eres la hermosura que unos admiran y otros, ignoran.
Un luchador aprendió a ganar perdiendo. Para el amor...otra historia es. Más pintoresca se decora su saber.
Lo que es ilegible, es realmente trasparente.
Los humanos somos una mezcla, una mezquita sin condición a dejar la libertad de lado...por algo existe la felicidad y su enemiga realidad que cuando se unen, se modifica un paraíso de ensueño que se puede al abrir el corazón, contemplar.

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