martes, 1 de febrero de 2011

-¿Qué buscas?
-A mi amigo el amor.
-Hace tiempo que se ha ido.
-No lo creo, seguiré esperando
-Entonces, en un par de días volveré con algo de comida y bebida para que no mueras de hambre y sed.
-¿Te estás riendo de mí? yo creo en él, se que no me fallará.
-No lo hizo, cuidó de ti cuando dormías, entraba por el balcón rompiendo la ventana para desequilibrarte, te regaló un gancho para que te amarraras y no te soltaras, te vio y dijo para mí.
-Y no se equivoca.
-No, pero por ello verás la puesta de la marcha , abrirás tu mente y asimilarás que tu historia tiene un punto y final.
-No, no lo tiene.
-Sí, por eso estás aquí solo y nadie está a la vuelta de la esquina.
-¿Por qué?
-Fallaron, se derrumbó, tú quieres construir de nuevo, pero se despidió solo, y ahí, ni un bloque aguantarás. 
No lo podrás levantar de la manera que quieres

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