lunes, 9 de mayo de 2011

Te vas.
Te vas y te veo ir.
Te vas y saludo a la pared.
Te vas y me demuestras que las palabras secretas que una vez enterré, resurgen en la mismísima primavera.
Esta vez, florece una rosa negra, brotan espinas con veneno apagado, sin luz como las gotas de mis lágrimas al caer sobre las rodillas.
Miro las fotos, miro tu pelo alborotado, miro esa comisura de labios que me dedicabas fijándola al cuello.
Miro como te desvaneces, como destruyes la carne herida.
Por una vez, te vas y no saldré corriendo para recordar esa mirada de rencor que le dedicaste a las pupilas que te observaban. 
Pétalos que caen en tierra fértil.
Corazones que se esfuman como el amor en pedazos.
Como la ilusión cayendo de un pedestal.
Como lo que prometiste, que ahora, se lo llevan en la orilla las olas, se lo lleva el aire de la zona.

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