martes, 3 de mayo de 2011

Y ya el tiempo acelera
Tú en esa pared apoyada, sabes que eres una chica completamente fuera de órbita, lejos del mundo por donde camina la multitud.
Recuerdas aquella sonrisa de tus labios cuando ellos reían.
Recuerdas aquellas miradas de súplica y amor a la vez.
Recuerdas las miles de aventuras que tocaste siendo niña.
Recuerdas los apoyos, las palabras de ayuda, en esta adolescencia. De esos que están o ya no lo están.
Forastera de los segundos, odias a los minutos, observas las horas.
Hasta que ella misma se levanta envejecida completamente llena de polvo, teniendo una vida importante por delante.
Muchas veces querremos volver al pasado, a borrar ese instante de error o sacar una fotografía al sentimiento que aspiraba el aire...pero las ilusiones como la marea entran y retroceden.
En algún momento, las heridas dejarán de doler, como aquella chica que ahora apoyada en la nueva pared, no traspirará nostalgia, sino, esos momentos que le quedan por vivir.
Indispensables, fijos, en tu memoria quedarán.
Mujer, hombre, niño, niña...aprovecha tu valor y derrota al tiempo que persigue nuestros pies.
Como el amor mismo, como la vida al hablar, como la lágrima de una nube, como un completo humano que levanta y cae, que ignora y tiene miedo, que deja atrás las imágenes pasadas y rehace un álbum para sus próximas novedades.

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