domingo, 26 de diciembre de 2010

Cuando me besas, ni siquiera las olas al chocar se pueden igualar
Cuando me tocas, olvido el pasado y me concentro en tu presente mirar. En nuestras manos entrelazadas en un esperanzador  futuro.
Cuando te digo que tengo miedo de hacerme daño de nuevo, me abrazas fuerte y preciso, entierras tus pies en la arena y susurras las palabras que sientes, esas que provocan terremotos internos, que sonrojan mis mejillas, que me hacen sonreír como nunca.
Cuando la noche cae, tú eres la luz entre las rocas
Cuando cierro los ojos, noto tu aliento sobre mi nariz
Velas tu manto protector, velas mi corazón.
Y por un momento, ya no sé ni quien soy, las horas se paran, la gente pasa sin que pueda observar, y solo tú me conduces a la libertad.
Puedo volver a sentir como antes? puedes hacerme creer que él solo fue una tormenta y tú eres mi calma?
Solo la luna guarda cada beso rozando cada gramo de arena 
Y lo nuestro, esto, tiene que ser eterno, porque si mi existencia estaba vacía y me enamoré en la perdida masacre, debes de ser el marinero que podrá estabilizar este mar embravecido, porque con una de tus miradas el azul del cielo es imprescindible, porque si sonríes cada nube de vapor se desvanece de la atmósfera 





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