Sabes que su presencia ida te dejo una quedada más
Cada noche, sus palabras colorean tu pared
Cada mañana su piel simula ser tu sábana
Cada tropiezo es como aquel adiós que te derrumbo debajo de las estrellas
Te sientas a contemplar cada coche que pasa
Te cuesta tragar si alguien menciona su nombre
Y en la esquina con ese perjudicador cigarro ves un coche parecido al vuestro, al de las miles de aventuras paseando por la misma calle de siempre, ves cada sueño en el retrovisor, y ese coche imaginario arranca, se pierde bajo la lluvia.
Tú, sigues pensando, con la mitad del cigarro húmedo
Con  cenizas llamadas lágrimas robadas 
Con un humo liberador que te quema la garganta como sus últimas palabras
Esa noche, completamente empapado miras  los escaparates como si de una pared lisa  y gris se tratara.
Cada semáforo es la señal de que debes comenzar a caminar aunque quieras dar media vuelta y correr a su casa con un ramo de rosas
Te apetece justo en ese instante, sin más, ganas de coger el metro y que te lleve lo más lejos posible 
Lo haces
Atraviesas las vías del tren , observas el follaje de ese lugar
Ahí no llueve
Allí quizás no la hubieras conocido, y puede que ahora estarías en otro sitio riendo y fumando con los colegas como se debe hacer un día cualquiera
Pero los días cualquiera ya no existen para ti, todos son iguales, sin ella no puedes ir a miles de kilómetros y pretender alzar las manos al cielo y gritar de júbilo
Porque ella se llevo lo que eras antes
Porque ella se hospedo sin permiso y te dejo su careta para que cuando despiertes sigas soñando
Porque ella, se lo llevo todo de ti
Porque ella, te dejo en un cajón olvidado donde admites que sobrepasas de ilusión para que lo abra y estén juntos de nuevo
Antes eras un tío corriente que paseaba por las calles sin un porqué definido
Ahora eres un tío medio olvidado buscando algo que te pertenece, tu amor en sus brazos
En sus brazos, donde te gustaría dormirte y si tienes que fallecer, que sea ahí, contemplando lo ausente