martes, 21 de diciembre de 2010

Superas la perceptiva de tenerle
Llegas a rozar con las yemas de los dedos la corriente de recuerdos 
Levantas tu ego y continuas con los ojos cerrados.
Algo nuevo te invita a una nueva oportunidad
Y delante de esa puerta, miras atrás, te vergüenzas por haber deseado que te impidiera marchar. Pero ya, es demasiado tarde para caer en la cuenta de que el futuro era vuestra pertenencia.
Si otro brazo puede conducirme a lo que añorábamos en nuestras camas, cerraré la puerta tras de mí.
Mas que cuando nos demos cuenta, la vida será distinta, y ya no estaremos esperando un ángel, porque alzaremos el vuelo a su debido tiempo. 
Como si los continentes nos separarán, no se puede impedir la corriente sobrenatural.
Porque si un día tuvimos la oportunidad, sentamos en un banco en silencio, miramos el cielo como una solución y fue el mayor castigo que recibimos 



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