viernes, 17 de diciembre de 2010

Es como tocar las teclas de un piano, al sonar, todo se queda en silencio, perdura ese sonido insaciable e armonioso.
Es como llorar sin lágrimas, notas su tacto pero no las llegas a rozar.
Es como gritar sin voz, el triunfo de lo inesperado en tu paladar
Es como acabar el principio de una historia, tocas sin energía lo que ayer soñabas para mañana
Es como enamorarse, sentirse estúpido y vulnerable, extrañar sin motivos y a escondidas, es ir a un espacio donde en tu imaginación te abrace.
Es querer capturar y no dar alcance


Lo ves ahí, sufriendo, con su corazón en tu palma, meditas como envolverlo y sentir su calor al mismo tiempo
Empiezas a descubrir la desenvoltura de lo tranquilo
Si la marea se suaviza, el oleaje espera su vuelta.
Ni siquiera el frío se acobardaría en una sucia y oscura cueva
Si has llegado hasta aquí
Puedes frenar y romperte cada hueso sin escaleras
Y si tienes hambre de vivir, de recuperar lo obtenido
Puedes saciarte destrozando la pared, encarcelada en la impotencia
A no ser, que arrimes lo demás, que se creen lagunas en tu memoria,  y que por una vez,
Saltes la valla por ti mismo

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